Cap. 2 Los Postulados de la Economía Keynesiana
La teoría clásica del empleo –según K- tiene dos postulados: que el salario es igual al producto marginal del trabajo (teóricos subjetivos del valor); la utilidad del salario con un volumen determinado de empleo es igual a la desutilidad marginal de aquel de empleo.
La teoría marginal de los salarios y del empleo consiste en que los tipos de salario están determinados por la productividad de los trabajadores, y en que el pleno empleo los tipos de salario son iguales a la productividad marginal de todos aquellos que buscan y que son capaces de trabajar: existirá paro siempre que los tipos de salario excedan de esa productividad marginal. Ahora bien, los tipos de salario pueden exceder esa productividad marginal, o bien a través de peticiones sindicales o bien por un descenso de aquella productividad.
Sobre los tipos de salario y paro
La causa más frecuente de paro son los tipos de salario excesivos, lo que paralelamente puede verse también como que la causa de un excedente invendido se da por la negativa del vendedor a reducir sus precios. Keynes no usa una comparación de este tipo, del tipo lógico, y esto para hacer parecer que los fenómenos del mercado laboral son distintos a los fenómenos de otros mercados.
El “plus” que introduce Keynes es que los trabajadores, en realidad, se interesan más en sus salarios nominales que en sus salarios reales, proposición que ya es anticuada, pues actualmente la mayor parte de los sindicatos ajustan calculando sobre la base de salarios reales (ajustados a la inflación)
¿Por qué Keynes afirma que los trabajadores les dan mayor importancia a los salarios nominales que a los reales? Porque como veremos más adelante, es funcional a sus políticas inflacionistas, y de este modo reducir sus salarios reales por debajo del “nivel” de productividad marginal del trabajo.
Algo necesario de mencionar es que al momento de criticar la teoría marginal del salario y del empleo (a la que llama teoría clásica del empleo), utiliza la productividad física y los salarios nominales, algo del todo irrelevante porque lo que cuenta en economía es sólo el valor de la productividad, pues por mucha productividad del tipo físico que se incremente, si no tiene valor para el consumidor, al final todo ese esfuerzo físico tampoco valdrá nada.
El error metodológico considerado como un aporte al momento de analizar la economía es el de los agregados, pues más que condensar la información en una variable, hace que se pierdan de vista millones de ellas. Por ejemplo, “El” salario real o nominal que utiliza Keynes al momento de fabricar sus teorías “es una ficción de la pobre imaginación del economista. Es una violenta supersimplificación que prescinde de los millares de diferencias en sueldos y salarios individuales que constituyen la realidad” (Hazlitt). Del mismo modo, “el nivel de salarios “como “el nivel general de precios” no existen en la realidad, y lo que es peor, impiden saber lo que pasa “ahí dentro” de toda esa información en bloque. “La palabra “nivel” por su parte, da origen a otro supuesto falso, a saber, el de que los salarios suben o bajan de forma igual o uniforme, lo que ni de cerca se aproxima a la realidad.
Acerca del paro voluntario, involuntario y friccional: “El paro ha de ser o voluntario o involuntario. Ciertamente que esas dos categorías agotan las posibilidades. No cabe una tercera categoría. El paro “friccional” ha de ser o voluntario o involuntario. En la práctica, es probable que tenga parte de los dos. El paro “friccional” puede ser involuntario a través de la enfermedad, la incapacidad, la quiebra de una empresa, el cese inesperado del trabajo estacional, o el despido. Puede ser voluntario el paro “friccional” porque una familia se ha desplazado a un nuevo punto, porque un hombre ha abandonado un empleo anterior en la esperanza de conseguir otro mejor, porque piensa que puede obtener una retribución mayor de la que se le ofrece, o porque se toma unas vacaciones entre dos empleos sucesivos. Tal paro es el resultado de una decisión, buena o mala, por parte del hombre que esta desocupada. Aunque el término “fricción” es un término tradicional, no es quizá la metáfora más adecuada para describirlo.
No existe un “nivel general” de tipos de salario
No existe un “nivel general” de tipos de salario, pues los salarios nunca cambian uniformemente sino siempre relativamente: “son los precios y salarios individuales los que suben o bajan, y se ajustan entre sí de acuerdo con los cambios continuos de la oferta y de la demanda relativas”.
Keynes trata el “trabajo” a la manera de Marx, “como una masa informe, con un interés global opuesto a un interés igualmente global de los empresarios. Este género de tratamiento hace caso omiso tanto del frecuente conflicto de intereses entre diferentes grupos de trabajadores, como de la frecuente identidad de intereses entre trabajadores y empresarios en la industria o empresa”.
Keynes también ignora el hecho de que la inflación no eleva “el nivel de precios” sino que afecta de manera distinta a los sectores.
