Sección II – El capitalismo y sus héroes
Capítulo 7 – El mundo de salamanca
Mucho antes que Adam Smith, – según Rockwell-, estuvieron los fundadores reales de la ciencia económica. Mas no eran economistas como tales, “sino teólogos morales, formados en la tradición de Santo Tomás de Aquino y se los conoce como los escolásticos tardíos”[1]. Entre sus contribuciones se encuentran el haber anticipado las teorías del valor y el precio de los “marginalistas” de la Austria del siglo XIX.
Además de los socialistas o los ecologistas, los conservadores, pero en particular, la derecha estadounidense, rechaza directamente la economía como ciencia. Esto porque son “gente que cree que todo lo que necesita saber acerca de la realidad y la verdad está contenido en los escritos de los filósofos antiguos, los padres de la iglesia o alguna otra fuente puesta a prueba por el tiempo”[2]. Es una tendencia que además se extiende a los paleoconservadores, conservadores religiosos, straussianos y los comunitarios. Ellos consideran que la sabiduría económica se encuentra en Platón o Aristóteles. Es claro que aquellos filósofos aportaron conocimiento en varias disciplinas, pero no vivieron lo suficiente para estudiar los fenómenos del capitalismo, como por ejemplo: la expansión de la división del trabajo, la creación de estructuras complejas de capital o el desarrollo de las finanzas.
Los escolásticos, en cambio, vivieron de más cerca el florecimiento de los comercios y las dinámicas de los mercados. El gran aporte que le dieron a la ciencia económica, y que posteriormente los economistas de la Escuela Austríaca rescatarían, es la teoría del valor subjetivo.
Francisco de Vitoria
Entre sus aportes se encuentran:
- La redefinición de precios justo, que es al que se ha llegado de común acuerdo entre productores y consumidores. Es decir, cuando un precio se fija por al interacción de oferta y demanda
- La consideración de los precios, que son una consecuencia de las acciones de los comerciantes, es decir, que varían dependiendo de las circunstancias y dependiendo del valor que las personas le dan a los bienes, lo que a su vez depende de la disponibilidad del bien y su uso: los precios no están fijados por la naturaleza, ni determinados por los costes de producción, sino que son el resultado de la estimación común de los hombres
Domingo de Soriano
Entre sus aportes se encuentran:
- Fundador de la teoría de la paridad de compra del intercambio
- Hizo grandes avances en la teoría del interés, reclamando una liberalización general
Martín de Azpilicueta Navarrus
Entre sus aportes se encuentran:
- Se le considera habitualmente como el primer pensador en observar que el alto coste de la vida está relacionado con la cantidad de dinero
- Fue el primer pensador económico que dijo clara e inequívocamente que la fijación de precios por el gobierno es un error
Diego de Covarrubias y Leyva
Entre sus aportes se encuentran:
- Su libro, Variarum (1554), fue la explicación más clara del origen del valor económico hasta la fecha: “el valor económico de un artículo, no depende de su naturaleza esencial, sino de la estimación de los hombres, aunque esa estimación sea absurda”
- Su defensa de la propiedad privada
Luis de Molina
Entre sus aportes se encuentran:
- Fue el más coherente en su visión del valor económico
- Sabia que la inflación derivada de una mayor oferta monetaria
- Dio sólidos argumentos prácticos cuando la propiedad pasa a ser común: no se cuidará como cuando es privada, es decir, cuando le pertenece a uno mismo, y, por otro lado, la gente llegará a consumirla (lo que posteriormente se conocerá como la tragedia de los comunes)
La tradición austríaca
“Con respecto a los economistas modernos que están atascados
en el modo positivista-planificador, estos también tienen mucho que aprender de
la Escuela de Salamanca, cuyos miembros no se vieron engañados por las falacias
que dominan la teoría y política económicas modernas actuales. Ojalá nuestra
comprensión moderna pudiera volver al camino que nos abrieron hace más de 400 años.
Igual que las catedrales antiguas mantienen sus integridad, belleza y
estabilidad, la Escuela Austriaca, como descendiente de las ideas de Salamanca,
sigue con nosotros para hablar de una verdad integral, independientemente de
las modas intelectuales actuales”[3].
[1] Página 82
[2] Página 83
[3] Página 96