A esta hora ya es inminente el triunfo del MAS en las elecciones, lo que a futuro se traduce en menores libertades para la sociedad boliviana. No es mi propósito señalar culpables, pues sinceramente no es mi forma de ser.
Pienso que actores políticos como Mesa, Camacho y Añez sobretodo, creyeron que en un año los votantes se decantarían casi que total y exclusivamente por uno de ellos:
- Mesa por haber sido el principal rival en las elecciones fraudulentas del 2019 y por considerarse “voto útil”
- Camacho por el protagonismo que tuvo los 21 días de resistencia frente al fraude
- Añez por haber sobrevalorado el rol de presidencia que le toco y pretender ser ella quien sea la unificadora del voto dispersándolo más, puesto que el anuncio de su candidatura llegó luego que la de Camacho.
De nada sirvió la unidad ante el fraude y la tiranía de Morales. El oportunismo de la clase política opositora fue más importante que derrotar al tirano y a su partido: no bastó el común denominador del rechazo a la tiranía, corrupción y despilfarro descarado de Morales.
Luego de que políticos, organismos internacionales, religiosos e intelectuales locales e internacionales de todo el espectro ideológico (sobre todo de izquierda) reconociera al nuevo presidente de Bolivia en base a los resultados de la votación, creo que le quedó un sabor amargo a una parte de la sociedad que votó contra la dictadura, el narcotráfico el despilfarro y la pedofilia de Morales; otra parte, y a raíz de pruebas de un supuesto fraude, salieron a las calles intentando repetir octubre de 2019.
No digo que estas elecciones no hayan estado enmarcadas en hechos que hacen dudar de la transparencia del TSE, pero las pruebas de supuesto fraude se las ve a cuentagotas, la mayor parte de la sociedad no fue testigo en su conjunto del hecho del fraude, y hasta ahora no he leído un solo informe serio y contundente por parte de quienes aseveran fraude.
De las razones del malestar de quienes votaron en contra de la dictadura del MAS puedo notar las siguientes:
- Se depositó toda la confianza en los políticos de oposición, y éstos, por su oportunismo les fallaron
- Se cree que por medio de la política se puede cambiar la realidad social
- El hecho de votar cada cinco años no es garantía de un cambio social. Es un error depositar tus esperanzas en las urnas y creer que un cambio de la noche a la mañana reside en el voto. Antes de un cambio social tienen que cambiar las ideas, lo que se logra mejor con la batalla cultural que con la militancia política hacia un partido
Si bien el MAS tomo el poder en 2005 por medio de la violencia y la convulsión social, hay que tener bien claro que también fue gracias al apoyo de una sociedad adoctrinada por ideas socialistas durante décadas. La sociedad, y por ende, la clase política, estaban, están y estarán sujetas a las ideas que logren demostrar superioridad.
Quienes piensen que los partidos políticos son los que cambian las ideas de la sociedad, no logran ver que si sus ideas no son aceptadas para la mayoría (que apoyan las ideas socialistas del masismo) de poco les servirá su militancia si antes no logran vencer las ideas que en estas elecciones han sido preferidas por la mayor parte de la sociedad.