“El capitalismo es el único sistema que ha logrado sacar a la gente de la pobreza, pero no funciona en todas partes porque los Estados impiden su funcionamiento”
Según el siguiente documento, existen cinco crisis estructurales del capitalismo, por mi parte, en este artículo espero demostrar que ninguna de estas cinco crisis se debe al capitalismo per se, tal como afirma Arce Catacora (dada la autoría del documento), “que en este contexto es posible hablar de una crisis estructural del capitalismo”. Primero que nada, el (capitalismo se trata de) innovación y producción en masa para satisfacer las necesidades de las masas donde se benefician sólo aquellos que mejor satisfagan las necesidades del consumidor, pero para que esto se lleve a cabo, previamente necesitamos ahorrar, es decir, restringir nuestro consumo temporalmente.
Sobre la primera crisis, la crisis financiera o Crisis Subprime, ésta la desencadena la Fed al manipular las tasas de interés de la economía expandiendo artificialmente el crédito 1 en complicidad con la banca privada, todo esto debido al monopolio de emisión de dinero fiat que tiene todo banco central más el privilegio que otorga el Estado a la banca privada puesto que éstos emiten dinero fiat, papel moneda inconvertible o deudas que no responderían al vencimiento, por tanto, vemos que la expansión artificial del crédito desencadenante de la crisis financiera, es, en realidad, es, en última instancia, una decisión de los funcionarios del Estado (banqueros centrales), algo que nada que ver con el capitalismo puesto que es una decisión de los banqueros centrales, que por lo general (como en Bolivia) son funcionales al poder político; en relación con esto, podría apostar a que el ex-ministro comparte también la idea de que el sector financiero es un sector súper desregulado, pero esta afirmación también es falsa, puesto que la crisis no fue fruto de la desregulación puesto que el mercado de dinero es un monopolio controlado por los bancos centrales, y cuyos monopolistas, los banqueros centrales, son los encargados de fijar los precios o tasas de interés y no el mercado. Afirmar que la crisis financiera es por causa del capitalismo, por tanto, es no comprender lo que es el capitalismo ni comprender lo elemental de la teoría de dinero y del crédito. Para quien quiera profundizar en el tema, le recomendaría El Capitalismo y los Historiadores de Friedrich Hayek, Historia de las Doctrinas relativas al Crédito y a la Moneda de Charles Rist y el artículo Endeudándose a Corto Plazo para Invertir a Largo Plazo: iliquidez y colapso del crédito del economista Antal Fekete. Algo que llama la atención es que, según ellos, ¡identificaron las Crisis Subprime nada menos que un año antes de haber sucedido! O son unos genios o reafirman mi hipótesis: que las cinco crisis del capitalismo es un documento cuyo fin es difundir propaganda anticapitalista, pero dista de ser un análisis económico serio.
La segunda crisis del capitalismo está también sesgada y carece de rigurosidad científica: el propio ex-ministro debería tener en cuenta que mucha información en relación al calentamiento global causado por el capitalismo ya se descubrió que fue manipulada por científicos vinculados al Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU (IPCC), entre ellos figuran científicos de renombre como Michael Mann, Tim Osborn, David Parker, entre otros, y los documentos que respaldan tal afirmación (la manipulación de datos en favor del calentamiento global) ya son parte de dominio público, cualquiera puede encontrarlo en internet buscando el archivo FOI2009.zip ; más aún, Gerd Leipold, director ejecutivo de Greenpeace, reconoció en una entrevista en el año 2009 que su predicción de que el hielo en el Ártico se habrá derretido en el año 2030 es falsa. Por tanto, el cambio climático, más que un argumento científico, forma parte de la ideología política anticapitalista: sesgada y carente de evidencia científica genuina.
La tercera y cuarta crisis tienen estrecha relación con los efectos de la Crisis Subprime. La política de crédito artificialmente barato emprendida por la Fed, se canalizó hacia sectores productores de materias primas generando burbujas en éstos, así como en los alimentos desde la década de 2000, sin olvidar, claro está, que en el aumento de precios también influyeron factores como el aumento de la demanda de China e India, el aumento de la población mundial, incluso por influencias geopolíticas, pero estos factores no fueron condición necesaria para tal evento como lo fue la inflación crediticia. Como escribe Daniel Lacalle en La Gran Trampa:
Una vez que entiendes que la masa monetaria es un factor determinante del precio de las materias primas, las quejas acerca de los especuladores y los malvados manipuladores desaparecen. Y lo que es más importante: en el momento en el que los países y los bancos centrales entienden que lo que más importa es la moneda de reserva y su efecto, es más fácil realizar un análisis fundamental de otras variables reales que influyen en el precio y ver si esas tendencias son sostenibles o simplemente espejismos. Pero, por desgracia, muchos, aun siendo conscientes de esta realidad, cometen el error de creer que «esta vez es diferente».
Si los países hubieran interpretado el tsunami de dólares generado por la manipulación monetaria masiva como lo que es, un espejismo, habría sido mucho más fácil entender el inevitable desplome cuando cesó el aparentemente interminable flujo de dólares baratos. Prepararse para una burbuja es difícil y una creciente oleada de liquidez resulta muy tentadora, con lo que mucha gente se hace muy rica rápidamente. Los incentivos perversos para permitir que todo el mundo se crea la gran trampa son enormes.
Por tanto, la crisis energética y alimentaria explicada por las fluctuaciones marcadas en los precios como se ve en el documento “las cinco crisis del capitalismo”, es efecto de la manipulación de las tasas de interés de la economía por parte de la Fed mas el efecto amplificador que tuvo la banca privada. No es, ni mucho menos, causa del capitalismo, sino que fue, nuevamente, fruto de decisiones políticas que descoordinaron la estructura financiera y productiva de las economías.
Para completar la crítica del cuarto punto, sobre la crisis alimentaria, el discurso alarmista no toma en cuenta que, a pesar de la supuesta crisis alimentaria se ha reducido la pobreza extrema y la desigualdad en el mundo desde que las sociedades comenzaron a adoptar el capitalismo, es decir, desde que comenzaron a ahorrar, innovar y aumentar su productividad con el apoyo de equipo de capital, pues antes del capitalismo, la pobreza no era la excepción sino la norma a nivel mundial, o como dice Henry Hazlitt en el primer capítulo de La Conquista de la Pobreza: “La historia de la pobreza es prácticamente la historia de la humanidad. Los escritores de la Antigüedad nos han dejado muy pocos testimonios porque lo daban como algo sabido por todos. La pobreza era una situación normal.” Nadie niega que la pobreza extrema no exista, pero no se puede afirmar que se trata de una situación alarmante sabiendo que ha venido en constante disminución desde que las sociedades comenzaron a producir de forma capitalista.
Por último, confundir la crisis de políticas macroeconómicas con capitalismo simplemente carece de sentido, pues es confundir las acciones llevadas a cabo por funcionarios del Estado con innovación y producción en masa para satisfacer las necesidades de las masas donde se benefician sólo aquellos que mejor satisfagan las necesidades del consumidor, pero para que esto se lleve a cabo, previamente necesitamos ahorrar, es decir, restringir nuestro consumo temporalmente.
Más que crisis del capitalismo, lo que la versión oficialista nos muestra es una recolección de datos que sirven como instrumento de propaganda anticapitalista; más que como argumentos económicos consistentemente fundamentados son afirmaciones falsas y sesgadas de la realidad que luego usan para justificar su programa estatista o su Nuevo Modelo Económico en Bolivia, al que le dedicaré mi próximo artículo.
Los argumentos de las cinco crisis del capitalismo, en lugar de estar fundamentados sobre teorías económicas consistentes, son mediciones y acusaciones falsas, al parecer se trata de un documento usado para la propaganda anticapitalista y para justificar su Nuevo Modelo Económico. En definitiva, y de acuerdo con Ludwig von Mises:
La desdeñosa descripción del capitalismo por algunas personas como un sistema diseñado para hacer que los ricos se vuelvan más ricos y que los pobres se vuelvan más pobres es errónea del principio al fin. La tesis de Marx sobre la venida del socialismo estaba basada sobre el supuesto que los trabajadores estaban volviéndose más pobres, que las masas estaban convirtiéndose cada vez en más indigentes, y que finalmente toda la riqueza de un país se concentraría en unas pocas manos o en las manos de una sola persona. Y entonces, la masa de trabajadores empobrecidos finalmente se rebelaría y expropiaría los bienes de los ricos propietarios. De acuerdo con esta doctrina de Karl Marx, no puede existir oportunidad alguna, ninguna posibilidad dentro del sistema capitalista para mejora alguna de las condiciones de los trabajadores.
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Lo que sucede cuando los bancos se endeudan a corto para invertir a largo, o, dicho de otra manera, cuando la oferta de fondos prestables a largo plazo se incrementa a partir de la oferta de fondos prestables a corto plazo. ↩︎