“Los derechos de propiedad no son únicamente una fuente de libertad económica. También son una fuente de libertad política.”
- Milton Friedman
Los recursos que utiliza el Estado en general provienen de los impuestos y el endeudamiento. Pero antes de conocer de donde vienen los recursos, cabría preguntarse cuál es su naturaleza, ya que habitualmente, gobierno y Estado suelen ser confundidos.
El origen del Estado para el sociólogo y economista político, Franz Oppenheimer, es:
“El Estado, enteramente en su génesis, esencialmente y casi completamente desde su existencia, es una institución social conformada por un grupo de hombres victoriosos sobre un grupo de hombres derrotados con el único fin de regular el dominio del grupo victorioso sobre los vencidos y salvaguardarse de las revueltas internas y los ataques externos. Teleológicamente, dicho dominio no tuvo ningún otro propósito que la explotación económica de los vencidos por parte de los vencedores” y que más adelante pone una serie de ejemplos de Estados que nacieron de la conquista por bandas de bandidos que someten a sociedades inofensivas o menos fuertes e imponen ciertos requisitos que la sociedad conquistada debe cumplir.
En tanto que el gobierno es la cúpula de políticos y funcionarios que transitoriamente controla ese Estado. Más adelante, nos dice que existen dos formas de enriquecerse y de vivir en sociedad: mediante el fruto del trabajo personal (medios económicos) y mediante la indebida apropiación del trabajo de los demás (medios políticos), es decir mediante el uso de la fuerza, el robo y el saqueo. Usando el aparato del Estado, el gobierno obtiene su primera fuente de recursos, que conocemos con el nombre de impuesto (que viene de imponer, que no se paga voluntariamente).
La segunda fuente proviene del endeudamiento, es decir, financiarse usando ahorro del público tanto local como extranjero, generalmente para financiar proyectos de inversión. El problema que surge con los proyectos de inversión es un problema de rol, es decir, ¿quién es más apto para descubrir oportunidades de inversión?: ¿el gobernante y su burocracia? ¿o cada uno de los empresarios de los sectores económicos de la sociedad en conjunto y que se dedican a eso?
Los empresarios se dedican a generar valor para la sociedad, y por ello buscan constantemente los proyectos más rentables que existen: ¿es mejor brindarles condiciones para incentivar esa búsqueda de valor para la sociedad? ¿o es mejor dedicar esos recursos para competir con ellos? Al arriesgar capital, los empresarios analizan mejor su rentabilidad ya que si pierden, el costo recaerá sobre sus hombros; pero las malas inversiones del gobierno, ¿sobre quién recae sino es la sociedad?
Son raros los políticos y sus funcionarios que hacen las cosas desinteresadamente, es mucho más realista asumir que les concierne su propio interés porque es parte de la naturaleza humana, y es un error creer que, al asumir el cargo, de forma automática o como por arte de magia, olvidan su parte egoísta, y se convierten en altruistas: si de verdad fuera así, no existiría la corrupción, los dictadores, y otros tantos ejemplos de perversión que suceden cuando controlan el Estado. El manejo arbitrario de los recursos de la sociedad, junto con que los empresarios invierten mejor nuestros recursos, refuta el argumento de que el gobierno asigne los recursos de acuerdo al interés genuino de la sociedad: la manipulación electoral del gasto público y el clientelismo político no son de interés para la sociedad, es algo que favorece a los políticos.
Pero más allá del cuestionamiento moral a los políticos, las personas asignan mejor los recursos cuando les pertenecen. En palabras de Milton Friedman:
Si usted gasta su dinero en usted mismo, se preocupa acerca de cuánto gasta y en qué. Si usted gasta su dinero en otros, todavía se preocupa acerca de cuánta gasta, pero no tanto sobre en qué lo hace. Si usted gasta el dinero de otros en usted mismo, no le importa cuánto gasta, pero sí en qué se gasta. Mientras que, si usted gasta el dinero de otros en otros, entonces no le importa ni cuánto gasta ni en qué gasta.
Por lo tanto, conociendo los problemas de un Estado presente en esferas que no se pueden justificar más allá de cierto límite, en lugar de emplear innecesariamente los recursos de la sociedad, la beneficiaría si emplea los mismos al mantenimiento de la ley y el orden, respetando nuestro derecho a la libertad, la propiedad y los contratos voluntarios. Al fin y al cabo, los errores de asignación que comete el gobierno se pagan con recursos de la sociedad; en cambio si una persona comete un error haciendo uso de sus propios recursos, no perjudica al resto. Una sociedad libre, es una sociedad responsable y a su vez es moralmente más correcta. Y es lo que le permite progresar.