El Talón de Aquiles del Modelo Económico, Social, Comunitario y Productivo (MESCP)

“Para entender qué ha estado sucediendo y por qué, es preciso tener en cuenta que los bancos han sido protegidos por el Estado contra sus acreedores, quienes fueron privados del derecho de exigir la liquidación en caso de incumplimiento de contrato. En consecuencia, los bancos siguieron emitiendo papel del cual no responderían al vencimiento. Así, los bancos están por encima del derecho de quiebra aplicable a toda persona o empresa: un banco puede seguir funcionando si el Estado lo considera conveniente, aún a pesar de que hay incumplido la ley o sus compromisos.”


Quienes crearon el Modelo, el Grupo Duende, conformado por docentes universitarios, no se percataron de que la debilidad de su modelo se encontraba en las fluctuaciones de los precios de las materias primas que exportamos. En palabras del actual presidente del BCB, Pablo Ramos:

“Nuestro excedente formado por materias primas hidrocarburíferas y mineras, tiene que transformarse en divisas. Es la primera metamorfosis. Esas divisas, posteriormente, tienen que transformarse, a través de compra, en el exterior, de bienes, de equipo, capital, maquinaria. Y este es el salto mortal en el proceso de acumulación de capital en Bolivia.”

Puesto que las autoridades económicas no tienen una explicación al fin del boom, reflejado, entre otros factores, en la caída del precio de las materias primas, una Escuela de Pensamiento Económico, la Escuela Austríaca de Economía, puede explicar el estado actual de la situación económica a nivel global y de la economía boliviana.

Para entender lo que ha venido pasando, es necesario remontarse a principios del 2001, cuando la Fed expande “artificialmente” el crédito. Tal exceso de liquidez hizo que los bancos fueran deteriorando progresivamente su liquidez prestándose a corto plazo (vía depósitos a la vista) para invertir en largo (hipotecas subprime). Así las cosas, cuando esta inflación crediticia impulsada por la Fed comienza a apreciarse a partir de 2004, la Fed comienza a subir los tipos de interés provocando caídas de la construcción de nueva vivienda; se disparan los préstamos de tipo variable de los deudores subprime; el efecto de los bajos tipos de interés también afecta a la zona euro, cuyas empresas comenzaron a endeudarse también a tipo variable, entre otros efectos.

La crisis estalla a mediados de 2007 cuando comienzan a producirse un default generalizado de las hipotecas subprime, y de los efectos que nos interesan, la burbuja inmobiliaria al principio ocasiona el encarecimiento y el posterior colapso en el precio de las materias primas. ¿Por qué? El crédito artificialmente barato promovido por la Fed provocó inversiones en el sector inmobiliario y otros sectores en relación a éste sin demanda real de mercado, dichas inversiones fueron demanda de mano de obra y factores productivos, entre ellos, materia prima para la construcción de viviendas; cuando la burbuja pincha y el valor de la vivienda cae, cae también el valor de los factores productivos que el sector y los sectores complementarios en cuestión demandaban, y entre ellas, las materias primas. Dos factores explican el repunte de los precios de las materias primas (2009-2014) después de su desplome 2008: el rescate de los Bancos Centrales durante en la crisis y la puesta en marcha de los programas de expansión cuantitativa (QE) de la Reserva Federal.

De todo esto podemos sacar algunas conclusiones:

Es poco probable que los precios de las materias primas vuelvan a los niveles de boom a menos que los Bancos Centrales de mayor peso en el mundo vuelvan a implantar las políticas de estímulo vía expansión de deuda, y es poco probable dado que dichos Bancos Centrales (BCE, Fed, BOE) han dejado de aplicar políticas de expansión “artificial” crediticia sobre sus economías.

Sabiendo que el MESCP necesita “excedentes” (divisas) que surgen del que llaman “sector estratégico generador de excedente”, cuando dichos excedentes se esfumaron por el fin del boom provocado cuando los Bancos Centrales influyentes deterioraron la liquidez de su balance, al partido no le quedó otra opción que endeudar a las generaciones futuras del país de forma externa como ayudado por el BCB, actualmente funcional al partido y ahora monetiza proyectos de inversión que no son genuinamente demandados por la sociedad pero a los ojos de los economistas del partido del MAS, sí que serán beneficiosos “para todos”. Así las cosas, al embarcarse en proyectos de distinta escala, quiebran empresas (Enabol, Ecobol, Enatex, ECE, ENFE), nos inundan con obras paralizadas (elefantes blancos), pretenden llevar a cabo megaproyectos inviables (El Bala y El Chepete) ¿y al final quién paga? Claramente no el partido del MAS, sino mas bien, la sociedad boliviana. Y si uno lee algo de historia económica, se dará cuenta de que intervencionismo y estatismo no han resultado jamás en Bolivia ni en ningún lugar del mundo, más aún, el MESCP es otra versión del mismo proyecto estatista que el economista José Gabriel Espinoza Yañez detalla en el periodo que denomina: “La revolución nacional y la diversificación productiva como ideario (1952-1985): comibol, corporaciones de fomento e industrialización forzosa” (pp.185-196) del libro Un siglo de Economía en Bolivia (1900-2015) Tomo II.

El MESCP ni es nuevo ni fue exitoso antes, y si bien sus intenciones pueden ser las más nobles del mundo, el modelo no es la vía por la cual la sociedad boliviana pueda alcanzar la prosperidad, sino más bien, es el modelo el que lo está impidiendo.