Crítica al Nuevo Modelo Económico Social Comunitario y Productivo

“Los escritores socialistas pueden todavía, por mucho tiempo, seguir escribiendo libros sobre el fin del capitalismo y el advenimiento del milenio socialista; pueden pintar los males del capitalismo con los más vivos colores y oponerles todas las seducciones de los beneficios socialistas; pueden obtener con sus obras los mayores éxitos entre las gentes incapaces de pensar, pero ello en nada cambiaría el destino de la idea socialista. El intento de organizar el mundo conforme al socialismo podría traer la destrucción de la civilización, jamás la edificación de una comunidad socialista.”


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En primer lugar, aclaremos el muñeco de paja llamado “neoliberalismo” que el ex – ministro usa para compararlo con su modelo intervencionista y perjudicial para la economía. Para ello, es preciso saber los orígenes y lo que significa “neoliberalismo” hoy en día. En este sentido, El mito del neoliberalismo del profesor Enrique Ghersi despeja tales cuestiones:

Lo que sucede es que se quiere asimilar con el liberalismo algunas políticas o ideas en particular que aisladamente podrían ser compatibles con él, pero también con cualquier otra cosa, sugiriendo una identidad inexistente. Se trataría entonces de lo que en teoría se denomina una sinédoque particularizante: se quiere presentar partes del liberalismo como si fuera el todo.

Desde el punto de vista lógico, estas figuras retóricas son consideradas falacias. Pero sucede que el debate político la verdad no resulta de un razonamiento lógico, en el sentido de una inferencia deductiva, sino de un procedimiento dialéctico, en el sentido socrático del término. La verdad política no es, pues, deductiva ni lógica, sino expositiva y retórica.

Sabiendo que el “neoliberalismo” no es más que un muñeco de paja para justificar todo tipo de medidas intervencionistas del aparato del Estado sobre la libertad económica, pasemos a criticar punto por punto, las reducidas concepciones de economía que tiene el ex–ministro:

El libre mercado no implica mercado eficiente, y querer confundirlos es caer en el error de no saber diferenciar entre una forma de cooperación humana libre de coacción estatal y la concepción que tiene la Escuela Neoclásica sobre cómo funciona la economía, concepción por cierto totalmente falsa y criticada en La Escuela Austríaca moderna frente a la Neoclásica de Jesús Huerta de Soto.. Por otro lado, no es necesariamente cierto que la desigualdad aumente con menor estatismo y mayor libertad económica, y en este sentido, Chile, Perú y Paraguay, por ejemplo, que son las economías con mayor libertad económica de Latinoamérica han reducido tendencialmente la pobreza y desigualdad.

Cuando afirma que “el Estado tiene que ser todo”, parece obviar el problema del conocimiento por parte de la sociedad que tal medida totalizadora conlleva y que Friedrich Hayek trata en El uso del conocimiento en la sociedad:

El problema económico de la sociedad no es simplemente un problema de asignación de recursos “dados”—si “dados” quiere decir dados a una sola mente que deliberadamente resuelve el problema planteado por estos “datos”—. Se trata más bien de un problema referente a cómo lograr el mejor uso de los recursos conocidos por los miembros de la sociedad, para fines cuya importancia relativa sólo ellos conocen. Expresado brevemente, es un problema de la utilización del conocimiento que no es dado a nadie en su totalidad.

El argumento apologista de la nacionalización de las empresas no tiene en cuenta los efectos secundarios como el estancamiento de la inversión extranjera directa en otras áreas que no sean las extractivas y los problemas que toda estatización lleva en sí misma, esto es, por ejemplo: la quiebra de empresas como Ecobol, Enatex, Enabol, etc.; las paralizaciones y los problemas ambientales de la planta de úrea y amoníaco; la situación delicada en relación con las reservas de gas por el descuido de inversión en exploración o por la reciente firma entre Alemania y Bolivia para la industrialización del litio, considerada por el analista de economía del litio, Juan Carlos Zuleta Calderón, “como el peor negocio de la historia nacional”, y esto, por entregar “a una empresa junior, prácticamente, a cambio de nada, el eslabón más importante de la cadena de valor del litio, es decir el de la comercialización del metal en Alemania y el resto del mundo, a tiempo de comprometer sin límites los recursos evaporíticos más ricos del lago de sal más extenso del mundo”.

Supuestamente, el Nuevo Modelo promete un “cambio del patrón primario exportador vigente en el país”, o como también nos dice: “lo que se busca es liberar a Bolivia de la dependencia de la exportación de materias primas para abandonar el modelo primario exportado y construir una Bolivia industrializada y productiva”. ¿Pero, realmente se logró eso? Si bien hubo algún avance, en más de una década, la estructura de las exportaciones, según cifras del BCB, se ha vuelto más dependiente de los minerales e hidrocarburos desde el 2006, es decir, que el extractivismo estatista sigue vigente y se ha vuelto más dependiente de la exportación de materias primas. ¿Cuántos años más necesitará el partido del MAS en el poder para “liberarnos” de la dependencia de la exportación de materias primas cuando la dependencia, en lugar de disminuir, se ha incrementado?

Sobre la generación del excedente, que depende de los precios de las materias primas, y que a su vez fluctúa debido a múltiples causas, es el talón de Aquiles del Nuevo Modelo, lo que pudimos ver una vez finalizado el boom de las materias primas. Se ve que el ex – ministro no ha leído la historia económica de Bolivia, pues algo similar ocurrió durante el gobierno del MNR con Revolución Nacional de 1952, su creciente estatismo y la dependencia de los excedentes que generaba la producción del estaño 1.

Es del todo arbitrario pensar que el desarrollo de la economía de un país tenga que deberse a un sector de la economía; que nuestro país tenga variedad de recursos naturales no implica que el sector exportador sea el determinante de nuestro desarrollo.

En realidad, el crecimiento económico surge cuando la economía se capitaliza, y para amasar un capital hay que ahorrar y para ahorrar hay que restringir el consumo temporalmente; pero, además, también requiere del fomento de la creatividad empresarial. Ambos elementos son los motores del progreso para la sociedad.

El ex – ministro miente cuando afirma que el Nuevo Modelo puede reducir el endeudamiento externo y lograr superávit fiscal, pues desde que gobierna el partido del MAS a los últimos datos oficiales, la deuda externa creció en 100% aproximadamente y en lugar de lograr superávit fiscal, ya serán 6 años (hasta el PGE del 2019) de continuos déficits.

Lo que se cuestiona acerca de la inclusión social y la redistribución de la renta es su sostenibilidad en el tiempo una vez finalizado el boom de las materias primas a nivel mundial.

El último punto no merece ser tomado en cuenta, pues tan solo es otra manera de decir que el partido del MAS llevará a cabo una política intervencionista, que, según el ex – ministro y en línea con Marx, será la etapa intermedia hacia el socialismo, pero el socialismo, tal como refutó Ludwig von Mises en su obra Socialismo:

Sin cálculo económico no puede haber economía. El hecho de que el cálculo económico sea irrealizable en la sociedad socialista tiene como consecuencia que en ella no es posible actividad económica alguna, en el sentido en que entendemos esta palabra. En el detalle y en lo accesorio se puede continuar procediendo racionalmente, pero en el conjunto no podría seguirse hablando de producción racional. No se dispondría ya, en tal caso, de ningún medio para reconocer lo que es racional, de manera que la producción no podría organizarse eficazmente en función del principio de economía.

Como lo vengo sosteniendo, la mayor debilidad del modelo, es su vulnerabilidad ante las fluctuaciones de los precios de las materias primas, su creciente estatismo, pero sobre todo, que sus economistas, al no conocer la teoría del ciclo económico, no se percataron de la burbuja en el precio de las materias primas que alimentaron bancos centrales influyentes como la Fed y creyeron que el boom en estos precios duraría eternamente. Pero cuando llegó la caída en dichos precios, en lugar de ajustar el gasto, el modelo estatista prefirió endeudar a la sociedad boliviana con tal de sostener tales niveles de gasto estatal.

En resumen, los argumentos que fundamenta la necesidad del “Nuevo Modelo Económico, Social, Comunitario y Productivo” son la comparación con un muñeco de paja (el mito del neoliberalismo); una teoría ya refutada que usa el ex – ministro (teoría del valor trabajo y de la explotación de Marx); un diagnóstico errado sobre el “desgaste” del sistema capitalista expresado en las cinco crisis estructurales del capitalismo que ya tuvimos la ocasión de criticar y la imposibilidad del cálculo económico en el socialismo. Y así como las cinco crisis del capitalismo no son tales, el Nuevo Modelo Económico, Social, Comunitario y Productivo es, en el fondo, un modelo intervencionista que ya comenzó a mostrar signos de debilidad y que según el ex–ministro, sirve de transición hacia un sistema imposible: el socialismo.


  1. Véase “Las empresas del Estado en el siglo XX y XXI” de Un Siglo de Economía en Bolivia 1900-2015 Tomo II publicado por la Fundación Konrad Adenauer (KAS) ↩︎